lunes, 19 de julio de 2010

Ley de la gravedad en el trabajo

Este artículo está inspirado en La Ley de Gravedad en el trabajo de autoría de Alfons Cornella (19/03/2003).

El texto original de esta ley dice lo siguiente:

“El trabajo fluye “cuesta abajo” hasta el lugar de menor coste, dentro de unos determinados niveles de calidad”.

Desarrollo y explicación:

La idea es que, si se asegura la misma calidad en el resultado de un trabajo, éste tenderá a ser realizado en el lugar donde cueste menos. Es un hecho que ya estamos viendo en el mundo industrial y, cada vez más, en los servicios. Véase como India y Filipinas están ya dando servicios de mucho valor añadido, y no simplemente respuestas a tipo “call center”, a los bancos norteamericanos.

A partir de esta ley se pueden hacer analogías con lo que sucede dentro de las organizaciones.

Primera Ley de la gravedad del trabajo dentro de un a organización.

“El trabajo fluye “cuesta abajo” hasta el lugar de menor coste, dentro de unos determinados niveles de calidad”.

Dentro de una organización esto significa que el trabajo ira descendiendo del Director al Gerente, del Gerente al Señor, del Señor al Junior, el Junior al Becario y del Becario hacia un contratista, quién repetirá la fórmula descendente de manera que el trabajo sea realizado por el nivel inferior de la empresa contratista.

Por ende, cuando menores sean los requerimientos de calidad, más remoto será el lugar donde el mismo se realice.

Y en los casos en los que los requerimientos de calidad no sean correctamente especificados, por ejemplo para el caso de la elaboración de un informe, esta ley también se cumple. Teniendo como única excepción la intercepción de la misma por parte de algún obsecuente intermedio, o que dicho informe contenga información que dicho obsecuente no quiera que sea divulgada cuesta abajo (recordar que tener información es tener poder).

Esto tiene como consecuencia directa que muchos de los informes presentados por los altos niveles de la organización hayan sido preparados por los mínimos niveles de la misma o de otras tercerizadas.

Ahora, si usted es dueño o accionista, puede preguntarse para que tiene una miríada de altos cargos y altos sueldos si el trabajo es efectuado por esforzados trabajadores con mínimos ingresos.

Puede preguntarle también a estos esforzados trabajadores como afecta a su motivación saber que el resultado de su trabajo es presentado aguas arriba por alguien que no lo realizó, pero que se atribuye la autoría intelectual del mismo, o por lo menos oculta decir quién lo realizó y cobra por ello varias veces más que el que lo ejecutó.

Delegación Inversa de los empleados para contrarrestar a la Primera Ley de gravedad en el trabajo:

La cosa funciona así, llega un trabajo y comienza su carrera descendente por la organización hasta que llega al punto en que no se puede seguir delegando hacia abajo porque ya no queda nadie o no cumple con la condición de calidad mínima requerida. Entonces, el empleado que conoce este ardid lo que hace es aplicar la delegación inversa. Es decir, le dice a su superior, pongamos por caso su Gerente, que tiene un problema con el trabajo delegado y le pide ayuda.

El pedido de ayuda suena como música para el oído del Gerente. Es una oportunidad de demostrar por qué él está donde está y el otro no. Por otra parte sienten que denegar ayuda sería quitarse parte de la autoridad de la que están imbuidos, porque recordemos que el buen Gerente lo sabe todo.

De esta manera el delegador pasa a estar delegado. Y es ahora el subalterno quién persigue a su Gerente preguntándole si pudo avanzar algo, si consiguió la información que él no pudo conseguir, etc.

Cuando varios empleados utilizan esta práctica de forma simultánea con un Gerente que tengas las cualidades necesarias para caer en esta trampa, tenemos al Gerente agujero negro. Es decir aquél que atrae todo hacia si mismo transformándose en un cuello de botella en el que se atascan todos los problemas, pero que, paradójicamente, está satisfecho porque sólo se hacen las cosas como él las dice. Y todos sabemos que para esta clase de Gerente es infinitamente preferible que las cosas se hagan tarde pero de la mejor manera (que es la suya), que pronto pero pensada por otro.

De todas formas, y no sé si para bien o para mal, recordemos que hay Gerentes a los cuáles no hay forma de que se le queden pegados los trabajos. Son los Gerentes Teflón. Todo se les desliza. Quizá debamos terminar agradeciéndoles que no atasquen las cosas.

Primera Ley de gravedad inversa del trabajo dentro de una organización.

Las oportunidades de relaciones públicas con los clientes fluyen “cuesta arriba” hasta el lugar de mayor coste dentro de un determinado número de capacidad de copas de vino fino.

Es decir, en los casos en que se reciban invitaciones para presentaciones de productos, ágapes, conferencias de Gurúes de turno, etc. la invitación subirá por gravedad inversa hacia los niveles más altos de la organización en relación directa con la cantidad de estrellas que tenga el Hotel en donde se realice el convite.

Nuevamente el tema de la desmotivación. Pregunte a una persona que ha trabajado durante meses full time en un proyecto y cuando se lanza el mismo no es invitado a la inauguración y en su lugar concurre un alto ejecutivo de la firma. Pídale a esa persona que ponga el mismo empeño en el proyecto siguiente. Ya se imagina la respuesta.

Y también hay que analizar casos menos prestigiosos que los mencionados. Por ejemplo piense en una invitación que un cliente le hace para un almuerzo en un buen restaurante para conversar detalle de un proyecto en marcha. Por supuesto que corresponde que vaya el Gerente y que los que están trabajando se queden en la oficina. Resultado: al regreso de la reunión, el Gerente debe transmitir al grupo de trabajo todas las instrucciones recibidas lo que representa un hermoso caso de teléfono descompuesto.

Si a pesar de esto el proyecto logra llagar a un buen fin, será porque los encargados de realizar el trabajo han logrado comunicarse directamente con los encargados de recibirlo y forjar comunicaciones de ida y vuelta sin necesidad de pasar por la Gerencia.

Chistecito para recordar y ejemplificar:

Llega el presidente de una compañía y le dice al vicepresidente, ambos por supuesto sin otra cosa que hacer:
- Si me “cepillo” a mi mujer es cuestión de placer o de trabajo.

- ¡¡Por la gloria de mi madre!! – responde el vicepresidente -no tengo ni idea.

- Pues te doy una hora para que me des una respuesta.

- El vicepresidente va entonces al vicepresidente adjunto (también sin hacer nada) y le suelta:

- Oye, si nuestro amado presidente se folla a su mujer es cuestión de trabajo o de placer.

- Éste, que estaba en las nubes, tampoco tiene ni idea y el vicepresidente le dice que tiene 55 minutos para resolverlo.

Total, que al final llega el jefe de sección y le dice al becario que estaba que no le cabía un puto papel más encima de la mesa y estaba hasta arriba de curro:

- Becario, becario, una pregunta.

- Me cago en la puta, joder, estoy liadísimo, responde el
becario.

- Una sola pregunta muy importante.

Entonces el becario, termina asintiendo y dice:

- Bueno, qué quieres.

- Que si nuestro amado presidente se folla a su mujer, es cuestión de trabajo o de placer.

- Joder, de placer responde el becario.

- Coño, como has contestado tan rápido, pregunta su jefe.

- Porque si fuera algo de trabajo, me la estaría follando yo.

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