lunes, 19 de julio de 2010

LO IMPORTANTE NO ES GANAR (PROFIT), LO IMPORTANTE ES COMPETIR

Imagine la siguiente situación, se abre una vacante de Director y hay dos Gerentes que están en posición de acceder a la misma. Lógicamente ambos quieren ese puesto, ¿Cómo se define la situación?.

Si le preguntásemos a una persona común, una persona que no haya sido intoxicada por la vida organizacional de las grandes empresas, puesto en la situación de ser uno de los Gerentes en pugna como haría él para conseguir él ese puesto, seguramente respondería algo así como que se esmeraría especialmente en su desempeño y que basaría su postulación en su carrera intachable luego de años de servicios.

Pero claro, la lógica racional no es la que utilizan los Gerentes en las organizaciones, por lo cuál he aquí la verdadera estrategia que debe ser utilizada para conseguir este objetivo, el puesto vacante de Director:

El error del planteo naif del segundo párrafo es que uno de los Gerentes puede, al igual que el otro, presentar un excelente desempeño y buenos resultados, o mediocres desempeños con mediocres resultados, pero muy parecidos a los de su contraparte con lo cuál la competencia estaría empatada sin dejar a ninguno en ventaja.

De aquí se desprende que la estrategia ganadora es la siguiente:

Buen desempeño personal + buenos resultados personales + mal desempeño del competidor + malos resultados del competidor = Cargo de Director.

Aritméticamente cualesquiera de los contrincantes podrá visualizar dos caminos de solución, mejorar el resultado individual, o conseguir desmejorar el resultado ajeno.

Ambos Gerentes a esta altura sabrán que el hecho de que a uno de ellos las cosas le salgan especialmente bien no es tan fácil, implica de mínima dedicar más horas al trabajo y posponer cuestiones importantes como el Golf, la lectura del diario Olé o la búsqueda en Internet del BlackBerry más moderno. Además si a ese Gerente las cosas siempre le salieran bien, no tendría porque competir con otro.

El hecho es que el desempeño de los Gerentes suele ser estándar (luego veremos el tema de la “cartelización” y el acuerdo tácito de de no sobresalir ninguno para no modificar el promedio). Entonces la vía que le queda al Gerente que antes haya logrado resolver este problema aritmético es lograr desmejorar los resultados su oponente, tarea infinitamente más sencilla que lograr buenos resultados personales basados en la inteligencia, la dedicación y el esfuerzo.

¿Como se logra esto?, dependerá de la dinámica de cada empresa, pero básicamente negando información, enviando las informaciones mal y tarde, cargándolo de trabajo innecesario, haciéndole perder alguna cuenta importante, etc. Por supuesto, hecho esto de manera sutil, delicada y sobretodo, sin dejar rastros.

A esta altura ya se podrá visualizar que esta lucha tendrá un solo ganador, pero muchos perdedores. En la medida que los palos en la rueda intentando que al otro le vaya mal funcionen, seguramente esto tendrá repercusión en los clientes, los proveedores, los empleados y el resto de la empresa. Desde un punto de vista sistémico, el mal desempeño de un área repercute en el resto del sistema, generando resultados muchas veces imprevisibles a priori y a posteriori también a causa de la lejanía en el tiempo entre la acción y la reacción.

Mucho peores pueden ser los resultados si ambos Gerentes aplican en simultáneo esta estrategia de desmejora del contrario y se enfrascan en un espiral de confrontación sin límites.

Pero para el Gerente ganador, ahora Director, estas consecuencias serán solo efectos secundarios infinitamente pequeños al lado de los beneficios de un despacho más grande, sueldo con más ceros, coche nuevo y cochera más cerca del ascensor, o no?.

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