martes, 10 de agosto de 2010

SISTEMA DE ASIGNACIÓN DE IMPORTANCIA DE LOS ESTÚPIDOS GERENTES

El Sistema de asignación de importancia de los temas se puede hacer de dos maneras, la que dicen los expertos o la utilizada por los Estúpidos Gerentes.

Según los expertos el sistema de asignación de importancia de los temas debería ser más o menos asÍ (según la particularidad de cada Organización):

Luego de un pormenorizado análisis en el equipo de trabajo se le asigna a cada tema una determinada importancia absoluta en función de los valores y las prioridades de la empresa.

Trasladado a un ejemplo concreto, esto significa que atender a un cliente siempre sea de la misma importancia absoluta. Si quisiéramos poner una escala podríamos decir que el cliente externo siempre es la prioridad N° 1, la atención de reclamos la N° 2, la atención a un cliente interno Nº 3 y así sucesivamente. Es decir que si tengo dos llamados simultáneos, uno de un cliente externo y otro de un cliente interno, sé que debo atender primero al cliente externo y luego al interno.

Si quisiéramos hilar más fino, se puede establecer un árbol de decisiones con variables del tipo, el Cliente externo siempre es la prioridad Nº 1 excepto que en ese momento se incendie la oficina, en cuyo caso la prioridad Nº 1 pasa a ser el “sálvese quién pueda” quedando la atención de los clientes a la prioridad Nº 2 ahora a cargo de los sobrevivientes.

No importa como sea establecido el orden de prioridades, importa que exista una escala que sirva de modelo de orientación para quienes se desempeñan en la empresa. Esa escala les provee certezas y facilita la toma de decisiones.

No obstante, según las prácticas naturalizadas utilizadas por los Estúpidos Gerentes, el sistema de asignación de prioridades de un Estúpido Gerente funciona más o menos así:

Prioridad N° 1: los deseos de su superior.

Prioridad N° 2: los deseos de la Secretaria del superior.

Prioridad N° 3: cualquier necesidad de cualquier persona que tenga que ver con los deseos del superior.

Prioridad N° 4: tener una cochera más cerca de la cochera del superior (y cerca del ascensor)

Prioridad N° 5: tener una oficina más grande y cerrada hasta el techo.

Prioridad N° 6: tener un Blackberry más chico y con más funciones

Prioridad N° 7: inscribirse en seminarios con desayuno y almuerzo en hoteles 5 estrellas.

Prioridad N° 8: los clientes.

Prioridad N° 9: el equipo de trabajo.

Ejemplo: Empieza el día, está todo tranquilo. El Gerente entonces decide que ese día visitarán al cliente Peluffo Hnos. con García que es el ejecutivo de esa cuenta. El cliente es importante y más importante es predicar con el ejemplo:

Gerente a García: - García, hoy a la tarde vamos a visitar a Peluffo Hermanos que hace tiempo que no tenemos contacto con ellos.

García: - pero señor…. yo hablo todos los días con Gorostiaga que es el Gerente de Compras y está todo bien.

Gerente: - si, pero igual tenemos que estar atentos y adelantarnos a las necesidades de nuestros clientes, así que llámelo y dígale que vamos a ir los dos para allá para conversar sobre nuestras relaciones futuras (acentuando “los dos” para marcar lo extraordinario de la situación).

Por la tarde:

García (al Gerente): - señor, ¿vamos saliendo para lo de Peluffo?.

Gerente: - ehhhh …. no mire, mejor vaya usted solo porque me crucé con el Director y me dijo que esta tarde quería conversar conmigo algunas ideas para un plan de fidelización de clientes.

Conclusión:

Como dije en la descripción, según las prácticas naturalizadas utilizadas por los Estúpidos Gerentes, la prioridad de los temas queda subordinada al devenir del día a día y del llamado o no de algún superior. En realidad el único tema importante es cumplir con los deseos de los superiores y el verdadero trabajo se hace en el tiempo que queda entre uno y otro pedido del Jefe, Gerente o Director de turno.

Según las prácticas naturalizadas en voga, nunca nadie de rango menor va a negar su tiempo a un superior porque tenga otro compromiso previo, personal, familiar o con un cliente.

Y lo peor de la situación es que esto ni siquiera se comenta al superior. Si uno pudiera comunicarse en dos vías, ante una solicitud de un Director uno podría decirle: “Señor Arismendi, yo sé que este tema que usted me pide es importante pero esta tarde ya la tengo comprometida con el cliente Duarte e hijos que les cayó la AFIP y me piden que les de una mano con los remitos de las entregas, ¿a usted le molestaría mucho que viéramos este tema mañana?, de esta manera no tendría que cancelar la cita con el cliente o por lo menos podría avisarle al Director de las consecuencias inmediatas de los cambios de planes. Pero como diré en otro Blog, la comunicación en las empresas es como el esquí, solo para abajo.

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